Polen de estrellas
Por Manuel Salvador Leyva M.
Cautivo del dolor y sufriendo su ausencia
hay negritud en mi alma con soledad de abismo,
mi clamor conyugal es dolor de impotencia,
desvarío de conciencia y mortal derrotismo
porque estoy muerto en vida y no tengo indulgencia.
Mi reclamo es absurdo, es locura maldita
lo sé, mas mi penar, lo avala y justifica
y olvidando creencias y faltando a Dios mismo
soy un terco blasfemo y al destino maldigo;
!Porqué se fué primero y estar solo me aterra?…
!Porqué estoy en la tierra, huérfano de su abrigo?…
!Porqué grito su nombre y sólo me responde
el perverso y terrible infierno del silencio?…
Y en el indescifrable espacio sin respuesta
la imagen luminosa de mi adorada muerta,
cual bálsamo bendito mitiga mi lamento
y su voz de ultratumba besa mi pensamiento:
“Siempre estoy a tu lado porque en tus versos vivo
la distancia no existe, porque así lo escribiste,
recuerda que juramos interminable idilio
mientras tu poesía no sea polvo de olvido”.
Su voz dulce y serena calma mi desconsuelo
y como niño inerme, pido perdón al cielo…
A nuestro Padre Eterno, le ruego suplicante
que su bondad permita, a este poeta amante,
que al llegar a su mansión divina, cuando muera
y si por mis pecados, su puerta no se abriera
porque conscientemente estuve blasfemando,
le imploro estar muy cerca de mi adorada muerta,
como polen de estrellas, para seguirla amando.
Fuente: http://www.artefenix.net/